Querido amigo,

¿Los tiempos de adoración personal e individual, forman parte regular en su experiencia espiritual? ¿Se fortalece Usted con este tipo de interacción en su tiempo “a solas” con el Señor?

La adoración corporal que disfrutamos con otros cristianos son momentos poderosos y significativos para adorar al Señor. Para nosotros, por ejemplo, durante nuestros tiempos de oración en DPM-EEUU disfrutamos semanalmente esas bendiciones colectivas.

Pero estoy hablando de otra cosa – los tiempos cuando no hay nadie más que usted y Dios. Esas ocasiones cuando personalmente le dice cuan maravilloso, que agradecido está, y cuanto le adora. Momentos como esos pueden producir los frutos espirituales más importantes en nuestras vidas. Se puede convertir en el air que respiramos.

Momentos inesperados

Esos momentos de adoración uno-a-uno puede llegar inesperadamente. Esto me paso recientemente en un ámbito muy extraño – sucedió cuando yo estaba muy enfermo con la gripe.

Batallaba con uno de los síntomas que era una tos bronquial que no me dejaba dormir por la noche. Para contrarrestar esa tos, me levantaba a ponerme aceite de eucalipto en mi pecho y garganta. Luego me sentaba en la orilla de la cama con una cobija sobre mi cabeza y respiraba los vapores del eucalipto para poder descansar un poco.

Una noche como a las cuatro de la mañana, me estaba poniendo el aceite, cuando se me vino a la mente las palabras de un canto de adoración de los años 70, y se repetía una y otra vez en mi mente: “Levanta tus manos porque Él es santo; adórenle en Espíritu y verdad. Su cara es como el sol, el Señor del pacto”.

Allí en mi cobija, este canto maravilloso llenó mi mente, y decidí hacer lo que el canto decía: Levanté mis manos para adorar al Señor del pacto.   

Siendo obediente

Yo sé que era un espectáculo extraño, sentado allí debajo de la cobija en el cuarto oscuro con mis manos levantadas hacia el Señor adorando en silencio. Pero era un momento santo. Mi tos y gripe no desaparecieron mágicamente, ni fui sanado instantáneamente. Pero ese encuentro con el Señor marcaba una gran diferencia en cómo me sentí. Aún más, sabía que el Señor estaba complacido con mi obediencia. En ese instante Él se convirtió en el mismo aire que respiraba.

Después de esa experiencia extraña, me tomé cierto tiempo para estudiar la Palabra sobre los ejemplos de la adoración individual. Rápidamente, esto se hizo evidente para mí que estos tipos de hechos ocurrieron en toda la Biblia – aun en momentos inesperados.

En Éxodo 34:8, envuelto en la presencia de Dios, “Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró”. Después de que Elcana y Ana escucharon la promesa de que iban a tener un hijo, ellos adorador juntos (1 Sam. 1:19). En el versículo 28 nos dice que adoraron otra vez después de dedicar a Samuel: “todos los días que viva, será de Jehová”. ¡Y qué adoración fue esta, cuando leemos la adoración de Ana al Señor en 1 Samuel 2:1-10!

Gedeón adoró en el campamento enemigo después de escuchar el sueño que él era ese “pan de cebada que rodaría hasta el campamento de Madián”. “Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró” (Jueces 7:15). Su adoración tuvo que ser en silencio para que no los descubrieran; pero, Gedeón adoró el Señor.

En tiempos de dificultad

¿Cuál fue la respuesta de David en 2 de Samuel 12:20 cuando recibió la noticia de que su hijo, que engendró en un acto de adulterio con Betsabé, había muerto? “Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró”.

Similarmente, cuando Job fue informado de la muerte de sus hijos, el “se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró” (Job 1:20)

Jacob adoró cuando enfrentaba la muerte, así como Hebreos 11:21 nos dice: “Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón”.

Momentos profundos

No tiene que ser momentos de crisis personales, luchas, o tragedias que nos llevan a adorar al Señor. Como padre, le puedo testificar que los momentos más especiales en mi vida fueron cunado uno de mis hijos espontáneamente subía a mi regazo y se recostaba sobre mi pecho y me decía “Eres un buen padre”. Y es aún más profundo cuando dicen esas mismas palabras cuando ya son grandes. Y cuando los nietos lo hacen, es absolutamente lo mejor.

¿No sería maravilloso si nos mantuviéramos sensibles a oportunidades en nuestro “tiempo a solas” para decirle al Señor cuanto Él significa para nosotros”? Después en esta carta, yo haré una oración que nosotros podríamos usar para hacer eso: decirle que Él es el aire que respiramos.  

Yo sé por cierto que hubo muchos momentos significativos en la vida de Derek Prince cuando él experimentó el tipo de adoración individual de la cual estamos hablando – en tiempos buenos y difíciles como cuando murió su segunda esposa Ruth.

En el funeral de Ruth en 1998, parado frente a la tumba abierta de Ruth, Derek adoró al Señor y públicamente declaró “Padre, yo confío en ti. Te agradezco porque siempre eres compasivo. Usted es compasivo, lleno de amor y justo. Usted nunca comete un error. Lo que Tú haces, siempre es lo mejor”. Evidentemente, esto fue un momento profundo en la vida de Derek.

Revisándonos

                La siguiente parte sobre el “Update 88”, [NM1] un testimonio personal de Derek Prince que fue grabado en junio del 1999, el repite sus palabras que dijo en la tumba de Ruth, con algunas reflexiones añadidas.

En tiempos de crisis y prueba, me gusta revisar mi relación personal con el Señor. Me gusta preguntarme a mí mismo, “¿Lo amo?” Mi respuesta es: Sí. “¿Fui llamado?” Mi respuesta es: Claro que sí. “¿Estoy caminando de acuerdo a Su propósito?” Yo creo que sí.

Entonces, si puedo entenderlo o no, si se lo que Dios está haciendo, yo sé que Él está obrando todo para bien. Y es todo lo que necesito saber. Otras cosas caerán en su lugar a su debido tiempo.

En el servicio del sepelio de Ruth en una colonia alemana en Jerusalén, estaba parado en frente de la tumba mirando el ataúd de Ruth antes de que rellenaran la tumba. Me provocó a dar un llanto diciendo, “Padre, yo confío en ti. Te agradezco porque siempre eres compasivo. Tu eres compasivo, amoroso y justo. Tu nunca cometes un error. Haces siempre lo mejor”. Fue una de las cosas más difíciles en mi vida, pero también fue lo mejor que he hecho.

Me di cuenta ahora mirando atrás, que había llegado a una encrucijada en el camino de mi vida. Pude haber tomado uno de los dos caminos. Me pude haber amargado y quejarme. Pude haber clamado al Señor diciendo, “¿Porque te llevaste a Ruth? Tú sabes cuánto la necesito. Tú fuiste el que nos unió”. Pude haber culpado a Dios de alguna manera. Pero no hice eso. Decidí confiar en Dios y creer que Él hizo lo que fue mejor para Ruth y para mí.

Mirando atrás, veo que tomé el camino correcto – el cual fue confiar en Él, adorarle, creerle, y no dudar en sus planes. No desafiarlo, ni cuestionar Su bondad.  

Una oración de adoración

De nuevo, no tenemos que esperar por un momento de crisis o una prueba para que nos lleve a tener una experiencia personal de adoración. De cierto, nuestra mejor opción sería estar tranquilo en todo momento para incorporar esta práctica en nuestro tiempo a solas con Jesús. ¿Cómo sería eso?

Abajo sugiero una oración, en la que he incorporado un pasaje poco común del Antiguo Testamento donde el Señor mismo da una lista de sus atributos que deberían ser parte de nuestra adoración a Él. (¿No tendría sentido seguir el ejemplo del Señor en esto?)

En Éxodo 34:6-7, cuando el Señor pasa por delante de Moisés, Él proclama estas palabras: “¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado”

Usemos estas y otras palabras de adoración mientras oramos juntos:

Querido Señor, yo te adoro en este momento. No hay nadie como Tu.

Tú has sido tan compasivo conmigo, lleno de gracia, tan misericordioso, y perdonador. Tú has derramado tus bendiciones sobre mí que realmente no merezco. Tú me has amado con un amor eterno e ilimitado.

Yo quiero levantar mis manos para alabarte y adorarte. Tu eres santo. Tu eres recto, perfecto y justo. Gracias por derramar Tu gracia sobre mi vida.

Tu eres Señor, el Dios santo - misericordioso y piadoso; paciente, tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado.  

Yo te adoro con todo mi ser. Yo te alabo y te adoro – mi Rey, mi Señor, y mi Salvador. Amen

Creciendo en adoración

Nosotros quizás hemos hecho una oración similar a la que acabamos de hacer. Pero cada vez que decimos estas palabras al Señor, acercándonos a Él en este tipo de adoración íntima y personal, es algo que transforma la vida. ¿No sería maravilloso y apropiado que estas expresiones se hagan parte de nuestra adoración regular?

Nos haría muy felices si DPM puede ayudarle en este proceso de crecer en momentos como esos en su vida. Nosotros necesitamos ánimo en esta área importante de nuestras vidas, y esta ayuda muchas veces viene en forma de enseñanza bíblica sólida.  Como usted sabe, Ministerios Derek Prince tiene disponible esa clase de enseñanza para usted ¿Porque no empezamos con el mensaje “Adoración” de Derek? Sabemos que le traerá inspiración.

Unirnos en esta labor ha sido de gran bendición para nosotros. Usted[NM2]  ha sido muy generoso con sus oraciones y ayuda financiera, y queremos que sepa cuanto significa para nosotros. Gracias por sus oraciones y su donación.  ¡Usted está haciendo una diferencia tremenda!

Lo vale todo

Aparentemente para poder haber escrito esta carta fue necesario pasar por mi batalla con la gripe. (Si no, no hubiera podido experimentar la adoración uno-a-Uno debajo de mi cobija que inspiró esta carta.)

Déjeme decirle que, si esta carta le impacto, y le ha dado un componente vital a su vida espiritual, entonces valió la pena. De hecho, ahora que estoy escribiendo esta carta, todavía estoy disfrutando de estas sesiones debajo de mi cobija. Con toda la tos y la gripe, me recuerdo de una verdad muy importante: Él es el aire que respiro.

Bendiciones

Dick Leggatt

Presidente, DPM–USA

Le agradecemos por su amistad. Le agradecemos por cada oración que ha ofrecido y por cada donación que ha dado. Por favor déjenos proveerle una copia del mensaje de Derek: Adoración gratuitamente.